Fenilpropanolamina!
Cuando comenzó
a cambiar mi cuerpo, aparecieron redondeces que no reconocía, y el hambre que sentía
a pesar de toda el agua que tomaba era insoportable, recuerdo que habían noches
en que lloraba de hambre y dolor de estomago, pero el dolor más profundo era el
dolor de mi alma, quería ser flaca! Ser flaca significaba para mi ser bella, exitosa y aceptada… estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de lograrlo, así fue como
en un viaje a Miami descubrí la fenilpropanolamina, un compuesto utilizado como
descongestionante que en grandes dosis calmaba el apetito. Comencé con mi régimen
de pastillas una antes de desayunar todos los días; El milagro se hizo, no sentía
hambre y no comer resultaba más fácil…
Así pase
por lo menos 7 años de mi vida tomando fenilpropanolamina una vez al día sin
parar, Los efectos secundarios no tardaron en aparecer, deje de menstruar, se
me comenzó a caer el pelo, desarrolle un problema severo de tiroides y cuando
me levantaba de la cama sentía que el mundo se desvanecía a mis pies… tenia
mareos y no tenia energía, pero no tenía hambre y estaba dispuesta a seguir con
tal de lograr entrar en un canon estético que poco o nada tenía que ver con mi
tipo corporal.
Años después
me entere que la fenilpropanolamina a la cual yo le había puesto tal fe, había sido
retirada del mercado, el compuesto
estaba creando problemas cardiacos, daños cerebro vasculares e incluso en altas
dosis, ¡la muerte!
Ya para ese
momento había logrado recuperarme de mi compulsión a las pastillas esas, pero
otras seguirían apareciendo en mi recetario. Es una lucha constante no caer en
la tentación de consumir esos venenos, lo que más ayuda, es construir una buena
imagen mental de sí mismo y aceptar que el estuche con el que venimos es
perfecto y no tenemos porque envenenarnos hasta desaparecer, solo tenemos que
cuidarlo, protegerlo, y aprender a amarlo.
0 comentarios:
Publicar un comentario