Estudios han encontrado influencia de los estados
emocionales sobre la salud física. Las emociones positivas se asocian con
estilos de vida saludables y salud física. Por otro lado, las emociones
negativas se pueden relacionar con ansiedad y depresión afectando un equilibrio
físico y mental. Según Barra (2003), existen factores que explican la
influencia de las emociones en la salud, los cuales son, de tipo fisiológico,
social, cognitivo y conductual, debido a las repercusiones directas que los
estados emocionales poseen sobre estos.
Desde una perspectiva fisiológica, son múltiples las
consecuencias de las emociones, por ejemplo, un conjunto de estados emocionales
negativos pueden retrasar la cicatrización de las heridas, acrecentar
infecciones y convierte a la persona más propensa a padecer enfermedades. Se ha
encontrado, de acuerdo a Barra (2003) que la liberación de inmunoglobulina
secretora A se ve reforzada con un estado de ánimo positivo y se reduce con uno
negativo. Por ejemplo, en temporada de parciales o exámenes finales, los
niveles de este anticuerpo disminuyen y vuelven a aumentar cuando las
evaluaciones han finalizado.
Las emociones se encuentran íntimamente ligadas con
el pensamiento. Un estado de ánimo positivo puede generar ideas positivas de
uno mismo y del entorno circundante. Mientras que un estado de ánimo negativo
que también podría llamarse afectividad negativa asociada con neuroticismo,
ansiedad y problemas de autoestima, que conduciría a un pesimismo, aumento de
los niveles de tensión, estados de alerta extremos y a un concepto negativo de
sí mismo y de los demás. Cada uno de los aspectos psicológicos asociados con
emociones negativas anteriormente mencionados, traen consigo síntomas físicos
que pueden contribuir a problemas de salud o intervenir en la percepción que se
tenga con respecto a una enfermedad.
Las emociones negativas podrían llegar a hacer
sentir a las personas que padecen de síntomas físicos incapaces de llevar a
cabo conductas saludables que favorezcan su estado de salud y pueden pensar que
las estrategias utilizadas para mejorar puede que no funcionen. No obstante,
un estado de ánimo positivo sí aporta a la búsqueda de atención médica porque se siente mayor motivación de enfrentar problemas para continuar con su estado de
bienestar. Además las emociones positivas facilitan conductas de prevención.
Es fundamental identificar y regular emociones en
nosotros mismos y en los demás. Tener consciente la relación entre emociones y
salud física puede contribuir a enfocarnos más en lo positivo de cada día que
en lo negativo, y así construir una vida más saludable.
REFERENCIA
Barra, E. (2003). Influencia del Estado Emocional en
la Salud Física. Terapia Psicológica,
21(1), 55-60.
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