miércoles, 25 de septiembre de 2013

Estudios han encontrado influencia de los estados emocionales sobre la salud física. Las emociones positivas se asocian con estilos de vida saludables y salud física. Por otro lado, las emociones negativas se pueden relacionar con ansiedad y depresión afectando un equilibrio físico y mental. Según Barra (2003), existen factores que explican la influencia de las emociones en la salud, los cuales son, de tipo fisiológico, social, cognitivo y conductual, debido a las repercusiones directas que los estados emocionales poseen sobre estos. 

Desde una perspectiva fisiológica, son múltiples las consecuencias de las emociones, por ejemplo, un conjunto de estados emocionales negativos pueden retrasar la cicatrización de las heridas, acrecentar infecciones y convierte a la persona más propensa a padecer enfermedades. Se ha encontrado, de acuerdo a Barra (2003) que la liberación de inmunoglobulina secretora A se ve reforzada con un estado de ánimo positivo y se reduce con uno negativo. Por ejemplo, en temporada de parciales o exámenes finales, los niveles de este anticuerpo disminuyen y vuelven a aumentar cuando las evaluaciones han finalizado.

Las emociones se encuentran íntimamente ligadas con el pensamiento. Un estado de ánimo positivo puede generar ideas positivas de uno mismo y del entorno circundante. Mientras que un estado de ánimo negativo que también podría llamarse afectividad negativa asociada con neuroticismo, ansiedad y problemas de autoestima, que conduciría a un pesimismo, aumento de los niveles de tensión, estados de alerta extremos y a un concepto negativo de sí mismo y de los demás. Cada uno de los aspectos psicológicos asociados con emociones negativas anteriormente mencionados, traen consigo síntomas físicos que pueden contribuir a problemas de salud o intervenir en la percepción que se tenga con respecto a una enfermedad.


Las emociones negativas podrían llegar a hacer sentir a las personas que padecen de síntomas físicos incapaces de llevar a cabo conductas saludables que favorezcan su estado de salud y pueden pensar que las estrategias utilizadas para mejorar puede que no funcionen. No obstante, un estado de ánimo positivo sí aporta a la búsqueda de atención médica porque se siente mayor motivación de enfrentar problemas para continuar con su estado de bienestar. Además las emociones positivas facilitan conductas de prevención.

Es fundamental identificar y regular emociones en nosotros mismos y en los demás. Tener consciente la relación entre emociones y salud física puede contribuir a enfocarnos más en lo positivo de cada día que en lo negativo, y así construir una vida más saludable.

REFERENCIA

Barra, E. (2003). Influencia del Estado Emocional en la Salud Física. Terapia Psicológica, 21(1), 55-60.


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