Una buena alimentación
es el primer paso para empezar a construir una vida saludable. El consumo de
frutas y verduras es un factor protector que previene enfermedades crónicas,
por lo tanto, contribuyen a una salud tanto física como mental mejorando la relación
con uno mismo y con los demás. Según Jacoby y Keller (2006), diferentes
investigaciones han expresado que el consumo de frutas y verduras se relaciona
con una menor predisposición de desarrollar cáncer. El efecto podría alcanzar
una disminución del 35% en todos los cánceres.
Además del consumo de
frutas y verduras, una buena alimentación se compone de vitaminas, proteínas y
minerales. Es importante consumir todos los nutrientes de la cadena alimenticia
y mantener una alimentación saludable. Adicionalmente, la adolescencia es un
período en el cual el cuerpo crece y surgen cambios referentes a aspectos
psicológicos y emocionales. Una buena alimentación es clave para un desarrollo
positivo de cada uno de los factores nombrados anteriormente.
Entre los 12 y los 29
años, los jóvenes viven diversos cambios a nivel corporal, emocional y
psicológico. También es un período de preparación y construcción de la vida
adulta del que poco a poco empiezan a ser parte. El entorno sociocultural y el
desarrollo psicobiológico no se encuentran exentos de influir en la
salud-enfermedad y en las formas cómo viven los adolescentes y jóvenes. El
medio en el cual se desenvuelven y el desarrollo psicobiológico pueden ser
factores protectores para la promoción de la salud o factores de riesgo que
pueden generar enfermedad. (Hernán, Fernández & Ramos, 2004). Por
consiguiente, una alimentación óptima aporta en un desarrollo psicobiológico
positivo y un entorno que promueva una alimentación sana rica en nutrientes
también es un factor protector.
De esta manera, para
una salud física y mental óptima es necesario mantener una buena alimentación
durante todo el desarrollo desde el nacimiento. Durante el crecimiento de los
niños existen variados componentes cognitivos y psicoafectivos que madurar de acuerdo
a la edad. Al llegar a la adolescencia, en la cual las funciones ejecutivas se
desarrollan, los chicos y chicas se conocen a sí mismos, además es un momento
preparatorio para la vida adulta que requiere de responsabilidad y cuidado, se
hace muy relevante estilos de vida sanos.
Referencias
Hernán,
M., Fernández, A., & Ramos, M. (2004). La salud de los jóvenes. Gac Sanit, 18, (1), 47-55.
Jacoby, E., & Keller, I. (2006). La promoción del
consumo de frutas y verduras en américa latina: buena oportunidad de acción
intersectorial por una alimentación saludable. Revista Chilena de Nutrición, 33,
(1).

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